19 oct 2011

un curso de milagros

Dios es puro pensamiento amoroso y expansivo.
Como expansión creó a nosotros (el Hijo de Dios) a imagen y semejanza,
o sea, igual que El.
Por cuestión de un deseo de autonomía, nos separemos de El.
Esto nos hice sentir culpables, separados y con temor y como somos creadores, como El,
creemos un mundo de culpa, separación y miedo.
Por suerte este mundo es una ilusión, ya que, al ser nosotros parte del pensamiento de Dios
en la eternidad, la separación nunca tuve lugar en la eternidad. Solo en el tiempo y el espacio,
que son parte de este mundo ilusorio.
Podemos despertar de esta ilusión.
Podemos ahora elegir entre lo eterno, el Espirito Santo, nuestra guía interior,
o el ego; el sistema de pensamiento nacido de la culpa, la separación y el miedo.
No hay que tener miedo a volver, porque nuestro Padre es solo amor.
Podemos volver al mundo real, inalterado y eterno (el jardín de Edén) y recordarnos
del sueño que tuvimos en el tiempo.
Pero lo tenemos que hacer juntos, porque al faltar alguien, nos faltará una parte de nosotros.
La física cuántica ya sabe que lo temporal (la materia) es una alteración en el
campo (cuántico) de posibilidades (lo eterno), causado por una conciencia;
Podemos percibir lo que queremos o incluso fijarnos en el mismo campo de posibilidades,
lo eterno, Dios.

Reflección de agosto 2010
a partir de medio "libro de texto"
y 13 lecciones del "Curso de Milagros".

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